12/7/11

¿Quiénes son los niños y jovenes de la calle en la Ciudad de México?
Es innegable que su existencia es reflejo de nuestra Sociedad; 40 millones de mexicanos somos pobres, de los cuales 11 millones viven en la extrema pobreza; en esta urgencia por sobrevivir, las familias mexicanas se ven obligadas a integrar a sus hijos en la búsqueda del sustento. El INEGI reportó que actualmente trabajan 459 mil niños entre los 12 y 14 años de edad, y el 61% de estos menores labora jornadas de más de 48 horas a la semana. Nuestras leyes limitan el trabajo de los jóvenes de 16 años y lo prohiben para los pequeños, pero la realidad lo impone. Así mismo se calcula que dos millones trescientos mil niños entre los 6 y 14 años no asisten a la escuela. Sin dificultad, es posible tener una noción de la magnitud del problema.

4/7/11

La vida diaria de los Niños de la Calle 

Sociedad: Los niños de la calle ven a los demás, especialmente a los adultos, con una mezcla de desconfianza y oportunismo. Los turistas son un buen objetivo porque son impactados por lo que ven, lo contrario que muchas de las personas que viven allí, quienes tratan de quitar importancia a estos jóvenes. Defraudados una y otra vez y dados por imposible por la sociedad en general, muchos niños de la calle toman el estándar, los valores y posesiones de sus comunidades con total desprecio. ¿Cómo pueden respetar una sociedad que les ha abandonado- tirado como si fueran basura?
Comida: Los niños de la calle comen lo que pueden. Sus estómagos no siempre están vacíos, pero probablemente estén desnutridos. Sus cabellos cobrizos pueden parecer agradables, pero seguro que es un signo de una seria carencia de las vitaminas adecuadas. Si no hay suficiente dinero, entonces siempre están los contenedores de basura en los que escarbar, las puertas de atrás de algunos restaurantes que tiran las sobras al final de la noche y cualquier cosa que se pueda robar en una tienda.
Dinero: Los niños de la calle son muy creativos cuando se trata de ganar dinero. Mendigar puede ser bueno si se tiene a un hermano o hermana de aspecto dulce y con una expresión que dé pena. Y luego está el sexo. Esto es lo que más dinero proporciona. Sexo heterosexual o homosexual, en habitaciones de hotel, en los asientos traseros de los coches, o en callejones oscuros, mientras un amigo vigila la calle principal.
Dormir: Los niños de la calle duermen donde se sienten más seguros. La puerta de una tienda, un banco en la plaza, un conducto de aire caliente, cerca de una hoguera en la playa, las escaleras de una estación de tren. Muchos de ellos duermen de día, pensando que están más seguros durante las horas diurnas. Algunos duermen solos, otros se acurrucan juntos en busca de calor o protección. La cama es un trozo de cartón, una manta vieja, periódicos. Si tienen la suerte de tener un par de zapatos, se los quita y duerme con ellos bajo la cabeza, para poder darse cuenta de si alguien quiere robárselos. Las monedas que sobran se las meten en la boca. Estos niños nunca saben cuando serán despertados por la bota de un policía, por un chorro de agua fría de un camión de la limpieza, o incluso por una bala de un grupo de vigilantes o de un oficial de la ley que usa su arma alegremente.
 
Enfermedades: Los niños de la calle enferman y se quedan así. Pronto aparece una película de grasa sobre la piel, por no mencionar el aceite y la grasa de las carreteras que les cubre los pies y la parte inferior de las piernas. Por alguna razón la suciedad hace que su piel se reseque y se agriete con facilidad. Los cortes y heridas son el pan de cada día, la mayoría de ellas ignoradas. Las infecciones son comunes. Incluso si la herida es grave, el hospital no querrá hacerse cargo de ella.
Amigos: Los niños de la calle se preocupan de solo unos pocos. El grupo del cual forman parte es un sustituto, una familia ampliada, donde hay lealtad y amor a base de golpes. El afecto se expresa con patadas, manotazos y puñetazos.
Tiempo libre: Los niños de la calle pasan su tiempo libre de la misma forma esquizofrénica en la que demuestran su afecto. Un rato pueden pasarlo jugando al fútbol en el parque, o haciendo travesuras de niños al borde de la carretera. Lo siguiente podría ser aspirar profundamente del cuello de una botella de adelgazador de pintura o de la tapa de un bote de pegamento de zapato. Con el estómago lleno y la cabeza embotada, es hora de tener sexo.
Sueños: A los niños de la calle les gusta el presente pero quieren un futuro diferente. En las calles son ellos mismos, libres para hacer lo que quieran cuando quieran y sin nadie que les diga que no. Pero no quieren seguir ahí cuando sean mayores. Un buen trabajo y mucho dinero- no importa si no han terminado el colegio, y su pobre dieta combinada con el humo de los coches que inhalan cada día probablemente les cause un daño cerebral menor

NIÑOS DE LA CALLE

Anónimo. He estado en las calles por cuatro años. Me gano la vida lavando autos, cargándolos con alguna mercancía o a veces mendigando. No estoy viviendo con mis padres pues me dijeron que me fuera hace mucho tiempo, se mudaron, y desaparecieron (abandonándome). Dijeron que tenían muchos otros hijos y que no podían mantenerme. Dijeron que debía ser capaz de ganarme la vida sin molestarlos a ellos.

La UNICEF define a los niños de la calle de diferente forma:
  • Niños de la calle: Niños que tiene que trabajar en las calles porque sus familias necesitan dinero para sobrevivir.
  • Niños de la calle: Niños que provienen de familias pobres que duermen en las calles. Algunos llegan a la ciudad de las zonas menos privilegiadas del país, otros han huido.
  • Niños de la calle: huérfanos y niños abandonados cuyos padres han muerto por enfermedad o a causa de la guerra, o para los cuales era imposible cuidar de sus hijos.